viernes, 5 de octubre de 2012

Nueva foto para "La historia que no se ve"

He recibido esta foto de Alfaro. Lo que quiere decir que pasará a formar parte del libro "La historia que no se ve" y que por tanto he de escribir una historia. 

Para empezar, como siempre, la observo detenidamente y escucho con atención lo que me dice; así nace la descripción que fundamentará esa historia, y así la comparto.

(Pulsar sobre la foto para agrandar)

"Dos hombres pescan a la orilla del mar; en una costa sin playa de arena, repleta de piedras. Uno de ellos parece tranquilo, concentrado en su faena, ajeno a todo; la figura del otro, en movimiento, menos tranquilo, transmite inquietud. Completa la escena una bandada de gaviotas, que se vuelven protagonistas por su cercanía a los personajes y al ojo que observa; tan cercanas que se las oye gritar"

miércoles, 3 de octubre de 2012

Viaje a mi patria (II)

Comienzo una nueva etapa de mi existencia; con ella comienza también una nueva manera de expresarme y de compartir. Así que retomo una entrada anterior para contar que en Galicia se sigue estando bien; muy bien. Estas fotos retratan el entorno de la casa donde vivimos este agosto; el camino a lugares de mi infancia, casi íntimos.
Creo que estas imágenes son suficientes para contar lo que pretendo; para compartir desde este blog un momento importante y agradable de mi vida.
(Pulsar sobre las fotografías para su mejor visualización).










Lo mismo que la plaza 309 del garaje de Madrid; igual de cercana a la puerta de la casa, igual de agradable; igual satisfacción.












Al salir de la casa se recibe al día, que ya entraba por las ventanas; y de repente todo esto... No hay manera de moverse.










Cualquier rincón entre todo y la nada es suficiente.













...mis chicas están muy preocupadas.













...el caballo, también.










"Los pasos", esas piedras que permiten cruzar el río y en las que tantas veces resbalé y me caí.







Dicen que hay menos truchas; y tienen razón; pero el agua sigue tan trasparente y su hechizo en mí tan fascinante como entonces.







Para que no me faltara nada, mi hermana también se acercó hasta allí; y paseamos juntos los caminos que llenábamos de correteos y de risas en la infancia.











¡Cuánto hacía que Yolanda no disfrutaba en un lavadero del río!










A Shiva no parecen importarle tantos años resecando la madera del suelo de la casa.








Y a mi pequeña Blue no parece importarle electrocutarse en la sofisticada instalación eléctrica que luchamos por conservar.








Nada ha de ser necesariamente prescindible; la tecnología y las comunicaciones llegaron también con nosotros.










¿Comprendéis por qué necesito un coche grande? He de llevar conmigo todo lo que quiero a donde quiero, incluso cuando pueda parecer que allí de nada se necesita.