sábado, 26 de septiembre de 2009

Segunda edición de Mal Momento





Ya llegaron los ejemplares de la segunda edición de
Mal momento. Y continúa vendiéndose bien. La verdad es que amigos y compañeros se están portando muy bien conmigo.
A todos, mi agradecimiento.

También he terminado el diseño del cartel promocional del libro. Lo tenía un poco atragantado. Una vez que tengo la idea del cartel, los textos que han de aparecer, y realizo unos apuntes, el resto del trabajo me resulta aburrido. Probablemente porque estoy acostumbrado a que esa parte del proceso lo realicen otras personas mientras yo superviso resultados. Eso ocurre en mi trabajo, pero como este proyecto de edición es totalmente personal, me vi en la obligación de realizar la totalidad del cartel, incluidas las fotos del libro y del paisaje.
Y estoy conforme.

En él se abunda en la idea de la foto de portada (de la que hablo en mi web www.manuellopezrey.com ). Por una parte porque considero que en publicidad es recomendable la repetición de una misma imagen, de una misma idea. Por otra, porque sigo de acuerdo con lo que aquí significa "el gorila que piensa"; y aparece en blanco y negro, bajo el paisaje, además de por razones estéticas del cartel, por su simbolismo como la parte oculta del hombre; el inconsciente o "el mundo en la sombra"; lo que está debajo, aquí, de la piel de la tierra, en el hombre, detrás del consciente o escondido entre los millones de células que configuran nuestro cerebro, y por tanto, a nosotros mismos.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Ya llegó...

El 2 de septiembre llegaron a mis manos los ejemplares de la primera tirada de la edición de Mal momento.

1.000 ejemplares que literalmente me quitaron de las manos. Amigos, amigos de los amigos, en fin que me quedé sin ninguno antes de poder cumplir los compromisos que había adquirido con algunas librerías, y sobre todo con mis compañeros de trabajo y con muchos otros amigos.

Ahora estoy a la espera de la segunda tirada que llegará a finales de este mes de septiembre. Entonces sí, entonces trataré de cumplir con todos, incluida la familia, y he de hacerlo rápido porque en octubre: ¡Vacaciones!

Volveré al desierto, junto al mar. Allí no es fácil la conexión a la red Internet, por lo que hasta puede ser que también este blog cierre por vacaciones.

Entre tanto, seguiremos por aquí.
Gracias a todos los que habéis comprado Mal momento, agradecimiento a mis lectores que irán recibiendo personalizado a través de sus correos electrónicos, y ya sabéis, admito críticas buenas, estupendas y extraordinarias. ¡Bueno, bueno!... también admitiré alguna regular.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Manuel Damián



Entre las personas de mi entorno le llamamos Manuel el pintor; es la forma de diferencirlo entre los manueles que conocemos, que son muchos, aunque no por eso considere cierto que lo bueno abunda, todo lo contrario; Manuel Damián sí lo es. Una persona extraordinaria, comprometida, rebelde, luchadora, honesta, culta y cultivada, crecida, y buena. Una buena persona cuyo hacer está siempre avalado por principios éticos con fundamento y por un claro sentido de la justicia y la equidad. Es obvio que para mí es alguien muy especial y que le quiero y le admiro muchísimo.
Le conocí cuando dirigía la Escuela Municipal de Dibujo y Pintura, dependiente de la concejalía de Cultura en la que trabajo. Nuestro primer acercamiento tuvo lugar un diciembre en el que quise pintar un decorado para aforar la escena del misterio (figuras del portal de Belén) que montábamos en dependencias municipales con motivo de la Navidad. Él me ayudó. Una tarde fría y corta, de invierno, vino a pintar junto a mí (recuerdo a su hija María, muy pequeña por entonces, que también quería pintar, y de ella son algunos brochazos de esas tablas). A Mati, su mujer, creo recordar que la conocí el mismo día que a Jon Juaristi (catedrático, investigador, escritor y buen poeta vasco. Por entonces inaugurábamos un espacio municipal multidisciplinar que lleva su nombre, cuando era director de la Biblioteca Nacional, cargo que abandonó para pasar a dirigir el Instituto Cervantes. Un hombre que en su adolescencia y primera juventud militó en las filas de la banda terrorista ETA, para pasar, años despues, en la madurez (cosas que tiene la vida) a ser una figura clave contra el terrorismo en España, hasta el punto de vivir rodeado de especiales medidas de seguridad por encontrarse desde 1997 amenazado por la misma banda terrorista). Pero aquí estamos hablando de otra cosa (al poeta Jon Juaristi le dedicaré una entrada en otro momento). El caso es que conocí a Mati, bióloga en uno de los institutos de investigación del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas). Desde entonces me siento amigo de la familia. En su casa he cenado en varias ocasiones (Mati se lo monta bien en la cocina), pero, y ellos lo saben, mi amigo del alma es Manuel el pintor. Y es curioso que le llamemos así, porque él no es, ni mucho menos, solo pintor. Es geólogo y tiene en su haber hallazgos importantes. En INéDITO, mi web personal, aparece algún comentario al respecto de su actividad como explorador y como pintor, por ser el autor del cuadro que me inspiró el relato Malas noticias (Mal momento, Mil Libros Narrativa, 2009).

Ahora aquí toca hablar de su faceta como escultor, disciplina
artística a la que llega casi casualmente y ya en su madurez, y en la que ha encontrado un medio de expresión que le satisface enormemente (ya estaba aburrido de pintar, dice). Sus trabajos están realizados, en su mayoría, en piedra. En la foto de la cabecera de esta entrada está trabajando con el cincel en un bajorrelieve que representa una vista de la Salamanca monumental, con el puente romano en primer término, y del que añado un detalle donde se observa el cuidado trabajo que realiza.




También en su escultura se encuentra su afición por la
naturaleza, su atenta observación del cuerpo de los animales y, por supuesto, sus conocimientos de antropología.








Cabeza de Neandertal