Recuerdo con una claridad sorprendente los momentos de aquel día en que fuimos a recogerte. Hacía poco habías cumplido dos meses y ya tenías una mirada tan sana, expresiva y alegre, que no dudamos en traerte a casa. Desde la primera noche, Yolanda te eligió como compañera de sus sueños, y a su lado aprendiste tanto que llegaste a conocerla mejor que nadie, y a quererla: sin obsesiones, sin caprichos ni dependencias, con un amor tan grande, sincero y rico, que pronto olvidamos que eras una perra labradora dorada, muy grande y muy blanquita, y pasaste a ser Berta, simplemente.
Y fue así como tú, Berta, te convertiste en la mejor compañera de vida: sentirte cerca fue una de las emociones más gratificantes y prodigiosas que hayamos vivido.
Allá donde estuviéramos, siempre había una mirada nuestra que se topaba con la tuya, porque ibas con nosotros a todas partes. Nunca, a nadie, le resultó molesta tu presencia. Y a nosotros, sin duda alguna, nos hizo grandes y mejores.
Y es que tú nunca molestaste; siempre supiste hacer las cosas fáciles. Y siempre llenaste de alegría y bondad los espacios que ocupabas.
Estoy triste porque ya no volverás, pero sereno y tranquilo porque ahora sé que ya nunca podrás irte: estarás con nosotros para siempre.
Berta o la bondad, el juego y la fuerza (Videoclip: ver a la máxima resolución Fotografías: pinchar sobre las imágenes) |
Estoy segura de que esta sencilla y emotiva semblanza, ha llegado hasta lo más hondo de Berta, como también lo estoy de que ella, con su sensibilidad y capacidad de hacerse entender, ha sabido corresponder a tan grandísima capacidad de amar y proteger, como le habéis demostrado.
ResponderEliminarAnte tan triste acontecimiento, Manuel, para nada me extraña ese sentimiento tuyo de paz y conformidad. Y es que con quien tanto se ha compartido y a quien tanto se ha querido y amado, jamás llega a desaparecer. .
Un enorme abrazo, y mis mejores deseos para este año que acaba de comenzar.
Muchas gracias, Lorni, por tus palabras de apoyo. La verdad es que estamos un tanto aturdidos y, como es lógico, comenzando a sufrir la ausencia. Realmente, "Berta" fue una perra excepcional, lo que nos hizo felices a nosotros pero, sobre todo, le permitió a ella ser un perro tranquilo y feliz. La pequeña "García" también ha perdido un referente y una amistad muy importante para ella, más aún cuando capta una tristeza nueva de la que por supuesto se da cuenta aunque tratamos de jugar y alegrarnos con ella. En fin, esto es así, y además así debe ser: la vida del perro es más corta que la humana y si todo sigue su curso es a nosotros a los que les toca vivir su final.
EliminarUn abrazo muy grande para ti y que este 2015 sea un buen año para todos los tuyos.